El ascensor

–          A cuál vas?

–          Al 7

–          Ah, yo al 8

–          Ah

–          Che, y siempre vas al 7?

–          Si, vivo ahí

–          Ah mirá, a mi el 8 no me gusta mucho

–          Por?

–          No sé, queda lejos del piso, tal vez es eso

Contraseña incorrecta

–          Hola

–          Contraseña?

–          Eh?

–          Contraseña incorrecta, ingrésela nuevamente

–          Loco, te estoy saludando nomás

–          Olvidó su contraseña?

–          No la olvidé, pero te quería decir hola y me iba

–          Bueno, nombre de usuario entonces?

Esto sí que no tiene sentido.

Tampoco tiene sentido.

–          Hola, soy vos

–          Hola

–          Qué hacías?

–          Lo mismo que vos

–          Y eso qué es?

–          Hablar con yo

–          Ah conmigo

–          Claro, vos no sos yo?

–          No, yo soy vos

Pará, escuchaste eso?

–          Hola, buen día

–          Una sprite, por favor

–          Dale, ahí te la traigo

Se va y vuelve

–          Acá tenés tu sprite

–          Hola, no?

–          Hola, ya te saludé mientras te sentabas

–          Ah perdón, no te escuché. Justo me estaba sentando

Un trámite

–          Hola, te jode si me siento?

–          No, para nada

–          Qué número tenés?

–          De qué?

–          Acá, para pasar

–          Ah, hay que sacar número?

–          No, te llaman por el apellido

–          Y entonces?

–          Qué apellido tenés entonces?

–          Pérez

–          Ah, típico

Del odio al amor

–          Te odio

–          Bueno, del odio al amor hay un solo paso

–          No, no entendés, te odio

–          A ver, movete un poquitito

–          Ahí está bien?

–          Sí, ahora me amás?

–          No idiota, te odio

El kiosco

–          Hola

–          Hola buen día

–          Buen día, me das dos

–          Dos qué?

–          Uh, no sé, qué tenés?

–          Y que se yo, un poco de todo, lo que ves acá

–          Ah bueno dame de esos

–          Los cigarrillos?

–          Si, dame uno de esos

–          Dale, tomá, son…

–          Pará, tan buenos?

–          Ni idea, no fumo

En la parada

–          Hola que hacés?

–          Hola

–          Che, qué buena música escuchás. Me encanta

–          Qué música

–          Nose, la que escuchás. Ta buena, digo

–          Y qué escucho?

–          No sé, qué escuchás?

–          Rock

–          Por eso, ta buena, me cabe mucho toda esa onda de Charlie Parker

–          Nono, rock escucho, tipo Motorhead o Megadeath

–          Ah si, Charlie Parker tocó con ellos

Disculpá, me puedo sentar?

–          Hola disculpá me puedo sentar

–          No, estoy esperando a alguien

–          (se sienta) Gracias, como te llamas?

–          Lorena, por?

–          No por nada, quería saber nomás

–          Ah

–          Asi que estás esperando a alguien?

–          Si, por eso te dije que no te sientes

–          Sisi, te escuché

–          Y por qué te sentaste?

–          A quien esperabas?

–          A mi novio

–          Ah mirá

Primer botella

–          Mirá la noche Oscar. En un lugar así siento la inmensidad del universo, y el glorioso banquete preparado para mis sentidos.

–          Sí, ta linda la noche. Y este vinito entró como anillo al dedo con el frío.

–          Sí, me hace pensar en que vivimos aturdidos por señales y objetos que no importan, cuando en un segundo lo podés abarcar todo con un vino, un cigarro y una noche, con la luna ahí, mirando y sabiéndose observada.

–          Uf! ¿Te imaginás unas minitas acá? Ahí si que la tenemos completa. Ni siquiera para coger te digo. Está para quedarse hasta cualquier hora hablando de pavadas y la pasamos bien igual. Con un vinito, esta luna y dos minitas no pido nada más. La quedo acá y estoy feliz.